Esta joven emprendedora comenzó durante la pandemia aprendiendo a hacer galletas a través de YouTube y luego tomando cursos de repostería.
En medio de aromas tentadores y sueños que se hornean, emerge la historia de Katherine Santamaría y su emprendimiento: Don Galletón. Esta crónica nos sumerge en el delicioso viaje de una joven emprendedora cuya pasión por la repostería la llevó a convertir simples ingredientes en obras maestras de sabor y dulzura.
“Bueno, Katherine Santamaría es una persona creativa que le encanta y ama el dulce, por eso decidí empezar este emprendimiento que se llama ‘Don Galletón’, me encanta hacer ejercicio, me encanta pintar, soy una persona dormilona porque cuando tengo tiempo y todo, pues amo dormir, prefiero trasnochar que madrugar, amo los animales, tengo una perrita que se llama ‘Coffee’”, expresó Katherine Santamaría, propietaria de Don Galletón.
La historia de Don Galletón encuentra sus raíces en los momentos de incertidumbre de la pandemia, cuando Katherine se encontró a sí misma preguntándose qué hacer con su tiempo y su creatividad. Fue entonces cuando, inspirada por su amor por el dulce y su deseo de crear algo único, decidió aventurarse en el mundo de las galletas caseras.
“Llegó la pandemia y yo creo que todo el mundo empezó como, bueno, ¿Qué voy a hacer? Entonces, un día dije, ay, quiero hacer galletas, entonces fui a comprar una premezcla en X lugar y las probé y me gustaron, pero es que sabían muy muy dulces, entonces dije, no, yo quiero empezar a hacer las mías, entonces empecé como a practicar”, subrayó.
Con una determinación inquebrantable, se sumergió en el vasto océano de recetas y tutoriales de YouTube, buscando inspiración y conocimiento para perfeccionar su arte. Armada con una mezcla de curiosidad y valentía, comenzó a experimentar en su modesta cocina, enfrentando desafíos como galletas que más parecían arepas y masas que se resistían a cooperar.
«Las primeras parecían unas arepas, eso se estiró por todo ese horno y yo, no, Dios mío, empecé, empecé y con la ayuda de una amiga y con mi pareja empezamos y le hicimos hasta que quedamos como que la primera masa estuvo linda y lo que yo quería como en mis galletas es que fueran dulces, pero que fuera un dulce como que tú te puedes comer una, dos, tres seguidas, no que solamente te comiste una y ya te hastiaste, no, un dulce que te dijera, ay, tan rico, quiero seguir comiendo más. En el principio YouTube fue como mi aliado, yo empecé a ver recetas, empecé a ver como vídeos de otros países, cómo las hacían, entonces ahí fue cuando empecé como con esas bases, después con mi amiga hicimos como una receta básica y a partir de ese momento empecé cómo ensayar otros sabores, qué pasa si le agrego más chocolate o le quito esto y empezamos a crecer, pero al principio fue solamente por medio de YouTube que empecé a aprender”, indicó.
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Nuestra protagonista de hoy persistió, refinando sus técnicas hasta que finalmente alcanzó el equilibrio perfecto entre dulzura y textura en cada galleta; su búsqueda incansable de la perfección la llevó a explorar una amplia gama de sabores, desde la clásica vainilla con chips de chocolate, hasta la exquisita choco arequipe, que rápidamente se convirtió en una de sus creaciones más aclamadas.
“A nosotros nos reconocen al principio por la galleta de vainilla y chips de chocolate, o sea, eso era todo lo que el mundo quería, como la galleta clásica, entonces siempre nos la solicitaban. Ahorita esa receta, la modifiqué, entonces ya no es con chips, si no le aplico otro tipo de chocolates de diferente porcentaje, entonces el sabor es más rico. Para mí la galleta que más me gusta es la de choco-arequipe, pero porque yo amo el arequipe, pero en mi menú tengo sabores muy variados, como para los gustos de todas las personas, la que más vendo es la de Red Velvet, la de Red Velvet con chocolate blanco es la que más gusta”, agregó.
El nombre de Don Galletón surgió de una conversación con su pareja, quien señaló la importancia de adaptarse a los gustos locales. Así nació un nombre que capturaba la esencia de su negocio y lo que ofrecía: galletas abundantes en sabor y calidad. Con el tiempo, Don Galletón se ha convertido en mucho más que un nombre; se convirtió en un símbolo de excelencia en el mundo de la repostería casera.
“Al principio yo quería como un nombre como ‘Sweet Cookies’, algo así, entonces mi pareja me decía, no, pero es que estamos en Colombia, eso en inglés a la gente no le gusta, entonces empezó a mirar y dijo, no, vamos a hacerlo Don Galletón, entonces empezamos a hacer la idea, empezamos a dibujar en un cuaderno cómo sería nuestro logo y pues ahí salió y surgió Don Galletón”, dijo.
A pesar de los desafíos financieros, Katherine nunca perdió de vista su sueño, con una inversión inicial modesta y una determinación inquebrantable, transformó una pasión en un próspero negocio que deleita los paladares de sus clientes día tras día.
“Ha sido un poco complejo, porque los insumos acá siempre son muy muy caros y pues para el costo de vida a veces muchas personas les parece costoso, pero hemos sabido encontrar clientes que valoran nuestro producto, también ha sido como difícil el apoyo, el apoyo de las redes, que la gente le dé «me gusta», entonces como que no nos conocen todavía al grado que nosotros quisiéramos, pero sabemos que hemos aumentado poco a poco y seguimos creciendo”, mencionó
Hoy, Don Galletón es mucho más que una marca; es un testimonio del poder de la perseverancia y la pasión. Desde su modesto inicio en una cocina casera hasta su evolución hacia un taller dedicado exclusivamente a sus galletas, Katherine ha demostrado que, con trabajo duro y dedicación, ningún sueño es demasiado grande.
“Recuerdo que mi primera inversión fue de 80 mil pesos que me los regalaron, ni siquiera fueron míos, empecé con una batidora de mano y una latica como para poder hornear y en ese momento veo mi reflejo y digo gracias a Dios tengo una batidora industrial, pues tengo ya un espacio como especie de un taller solamente para mis galletas, empecé a poner en la cocina y pues ahí voy cumpliendo las metas, entonces ver cómo empecé con esto y en este momento gracias a Dios tengo esto, pues como que uno se llena de felicidad”, puntualizó.
Frente a los precios que maneja en su catálogo Katherine dijo que son muy acordes al bolsillo del consumidor porque se encuentran precios “de $2 mil 800 hasta $4 mil 500, los de $4 mil 500 son las galletas que vienen con relleno, la de $2 mil 800 la clásica y tengo también de chocolate y de limón, que esas valen $3 mil 500, y se arma la cajita de acuerdo con los sabores que gustes, es como que dame uno de este, uno de esto y yo te armo la caja, cuando de pronto son para regalos, les obsequio la cinta, la cinta y un mensaje” expresó.
Igualmente, esta joven extiende la invitación a que “sigan mis redes sociales en Instagram es: @dgalletón_ y en Facebook es; d.galletón, el WhatsApp 302 300 3221; en este momento todavía no tenemos punto físico, somos como una cocina oculta, pero pueden pasar y recoger si nos ponemos de acuerdo aquí a la casa que es en balcones del campestre”, subrayó.
En un mundo donde el tiempo parece fluir más rápido que el horneado de una galleta, Katherine Santamaría nos recuerda la importancia de saborear cada momento y seguir adelante, incluso cuando las cosas se vuelven difíciles. Don Galletón es su legado, una dulce prueba de que los sueños, cuando se persiguen con fervor, siempre terminan por convertirse en realidad.
“El mensaje para quienes desean emprender es que no se rindan, porque uno al principio quiere como resultados de una, pero no, o sea eso se tiene que conseguir paso a paso y se tiene que luchar y si uno se cae como en el proceso no importa, levantarse y seguir”, finalizó.