En un giro político que marca un antes y un después en el Tolima, el Partido de la U ha sido entregado en su totalidad, dejando atrás a su antigua dirigencia y abriendo paso a un nuevo liderazgo encabezado por Andrés Fabián Hurtado.
Este movimiento, que se venía gestando desde hace meses, confirma lo que muchos ya preveían: la estructura política del partido en la región necesitaba una transformación profunda.
Según lo manifesto Pedro Mora, exconcejal de Ibagué, desde hace tiempo, se evidenciaba una persecución interna en la asignación de avales a concejales, diputados y demás actores políticos del departamento. La incertidumbre y las decisiones de la dirigencia de turno llevaron a que, finalmente, las banderas del partido fueran entregadas, marcando el fin de una era y el comienzo de otra.
Lo claro es que con la llegada de Hurtado Barrera, el partido enfrenta un desafío crucial: recuperar la fuerza y la relevancia que alguna vez tuvo en el escenario político colombiano. No hay que olvidar que la U ha sido un partido de gran trayectoria, con representación en el Congreso y hasta un presidente de la República en su historia. Sin embargo, el contexto actual es complejo, y la política regional se mueve en escenarios cada vez más inciertos.
Ahora, el reto para el nuevo liderazgo será reconstruir la estructura del partido, fortalecer la democracia interna y garantizar que el Tolima tenga una representación sólida en el Congreso. Los próximos meses serán decisivos para definir si este cambio representa una verdadera renovación o si, por el contrario, el partido se diluirá en el panorama político.
Lo cierto es que la transformación ya está en marcha. La pregunta es: ¿podrá el Partido de la U recuperar su relevancia y consolidarse nuevamente como una fuerza determinante en el Tolima y en Colombia?
