
Un pequeño grupo de personas tiene contraindicada la vacuna, pero puede evitar la picadura del mosquito con protección física.
Para quienes viven o visitan áreas rurales del Tolima, la vacuna contra la fiebre amarilla es la principal barrera de protección. Sin embargo, existe una población que, por condiciones de salud específicas, no puede recibir la dosis. Para ellos, la Secretaría de Salud hizo un llamado a reforzar la prevención con acciones sencillas pero efectivas.
El uso de pantalones largos, camisas de manga completa y calzado cerrado reduce considerablemente la exposición al mosquito transmisor de la enfermedad. A esto se suma el empleo permanente de repelentes certificados y la instalación de toldillos —preferiblemente tratados con insecticida— para dormir o descansar.
Estas medidas son especialmente importantes en zonas de bosque, áreas con vegetación densa o donde se desarrollan actividades al aire libre. Las autoridades insisten en que evitar la picadura es la misión más importante para este grupo de riesgo.
“Son medidas esenciales para quienes tienen una condición de salud compleja, como pacientes en tratamiento oncológico”, puntualizó Alarcón Robayo, reafirmando que no deben exponerse a la picadura del vector bajo ninguna circunstancia.
El llamado se extiende también a los familiares y acompañantes. La protección colectiva disminuye las posibilidades de contagio y ayuda a cortar la circulación del virus en el territorio. Por eso, si estás cerca de una persona que no puede vacunarse, protégete tú también.
La recomendación final es clara: si la visita a áreas rurales no es indispensable, lo mejor es evitarla. La prevención es la mejor estrategia para cuidar la vida.