Municipios como Chaparral y Ríoblanco han sido escenario de ataques terroristas que, lejos de tener un objetivo claro, buscan sembrar miedo en la población civil.
Cilindros bomba colocados en vías rurales, así como artefactos explosivos cerca de puentes que conectan cascos urbanos con centros poblados, han afectado no solo la infraestructura vial, sino también servicios esenciales como el gas y el acueducto, ya que por estas vías pasan tuberías fundamentales para el suministro básico de las comunidades.
«Estos ataques no son solo contra la fuerza pública. Están dirigidos contra los campesinos que trabajan la tierra, los niños que quieren estudiar, los adultos mayores que merecen vivir en paz, y los transportadores que movilizan el desarrollo del sur del Tolima», expresó Gerardo Yepes, representante a la Cámara.
El congresista en medio de este complejo panorama, destacó la valentía de la gobernadora Adriana Magali Matiz, quien según él, ha mantenido una postura decidida y contundente, exigiendo respeto por la vida y el bienestar del pueblo tolimense.
Asimismo, hizo un llamado urgente al Ministerio de Defensa para que refuerce el acompañamiento en esta región, con la instalación de consejos de seguridad permanentes que garanticen la presencia del Estado y la recuperación del orden público.
Recordemos que esta situación se presenta justo cuando el Gobierno Departamental, en articulación con el nacional, avanza en una intensa campaña contra la fiebre amarilla. Una tarea que se viene desarrollando desde octubre pasado, con jornadas preventivas tanto en zonas urbanas como rurales.
“En un momento donde el Estado lucha por salvar vidas, no es justo que se siembre el terror. Necesitamos esperanza, no miedo”, concluyó Yepes Caro.
